El producto final son los excepcionales habanos, esos tabacos cuyo aroma y sabor son un símbolo de la nación, elemento identitario del cual los pinareños se sienten orgullosos por habitar la tierra en la que se cosechan las mejores hojas para su conformación, pero más allá del olor que emanan y en el que van esencias de cubanía, se funden en ellos las historias de hombres y mujeres que lo cuidan desde la semilla hasta el anillado.
Luego del campo y la casa de cura hay un largo proceso: la etapa preindustrial, el tránsito por las escogidas y despalillos son la antesala del torcido, porque se seleccionan, clasifican y separan las hojas de acuerdo con la calidad para su destino final.
Tal responsabilidad recae, principalmente, en manos femeninas, pues son la mayoría de la fuerza laboral en estos centros, que, por la amplia diseminación de los mismos, son fuente de empleo para residentes en zonas rurales o semirurales y uno de los pilares de la independencia económica de mujeres, que muchas veces carecen de formación académica y aprenden un oficio que demanda conocimiento, habilidad, destreza y constancia, y que les garantiza el sustento propio y de los suyos.
LA HISTORIA
De las siete heroínas del trabajo del sector tabacalero, dos laboraron en el despalillo Niñita Valdés: Josefa Acosta Ramos e Inés Martínez Miranda. Sus fotos en la recepción del local dejan en claro que desde los bancos de trabajo de las operarias es posible hacer labor de titanes.
El respeto a la historia individual de ellas, sin duda, constituye un incentivo, aunque al decir de Evelyn Martínez, “las motivaciones ya no son las mismas”, y lo afirma alguien con 30 años de experiencia, que fuera a finales de la década del ‘90 del pasado siglo, dos veces Vanguardia Nacional.
Precisa que no es igual ni en el ámbito laboral ni social, aunque evita dar más detalles y confiesa que el tabaco es su vida. Fue despalillando hojas que crío a sus dos hijos ya adultos; actualmente son esos ingresos los que le permiten hoy cuidar de su octogenaria madre.
El cambio del sistema pago, la calidad de las hojas que procesan, junto al complicado entorno en que se vive actualmente, lo hacen todo “bien difícil.”
Pese a que están vacantes alrededor de 20 plazas (la cifra fluctúa) de las 64 aprobadas en plantilla para operarias, los bancos de trabajo están reubicados en una sola área del salón, y eliminaron el pasillo central para lograr un mejor aprovechamiento de la iluminación, pues el kit de paneles solares que colocaron no da respuesta a la demanda de consumo y se dispara por la sobrecarga, explica Caridad Ramírez, administradora del centro, y acota que ya les informaron un cambio por otro de mayor potencia, pero hasta ahora es uno de los problemas existentes.
DENTRO Y FUERA
Más del 90 por ciento de la fuerza contratada son mujeres, precisa Gabriel Rodríguez, director de la unidad empresarial de base (UEB) Despalillo, en la Empresa de Acopio y Beneficio del Tabaco (ABT) Pinar del Río. Explica que con las dificultades de transporte y la actual situación energética son flexibles en cuanto al horario de entrada y salida, así como con otras situaciones personales que puedan presentar puntualmente.
No obstante, el mayor reclamo de las operarias está asociado a la calidad del tabaco, sobre este tema, Rodríguez afirma que es responsabilidad de ellos asegurar la materia prima y que realizan muestreos a las hojas en cada compra, y que tras el paso de Ian y la insuficiente disponibilidad de casas de cura han adquirido tabaco “crudo”, lo que implica alargar el proceso, porque de unos 25 o 30 días que debieran emplear, ahora dedican hasta 50, lo cual disminuye el flujo productivo.
La norma diaria se establece según la calidad del tabaco, asevera Ibel Blanco, jefa de recursos humanos. Comenta que si esta se sobrecumple durante el mes en un 40 por ciento en cuanto a cantidad, con un 30 de calidad, al pago por resultados se suma un monto de 4 500 pesos, cifra que antiguamente era de más de 7 000.
El reajuste del sistema estuvo dado porque los gastos y costos eran superiores a los ingresos, al no ser las hojas de óptima calidad se disminuye el aprovechamiento. Precisa Rodríguez que deberían de obtener entre el 48 y 50 por ciento de capote, indicador que se encuentra entre el 32 y 34, lo que repercute en la venta del tabaco con valores por debajo de lo estimado.
Marilín Roque, secretaria de la sección sindical en el centro, afirma que cuando el tabaco no es bueno les perjudica salarialmente, porque el capote se paga más que la tripa, y para el primero no puede tener roturas ni ningún daño.
La destreza y habilidad individual de las operarias es esencial, resalta Maité Ramón, jefa de producción de la UEB, porque si al manipular el tabaco, agravan los daños que ya presenta la hoja, se refleja en el resultado final.
Explicó que en mayo de 2024 se quedaron sin materia prima y tuvieron que salir a comprar directo a los productores y funcionar como escogida, fue la alternativa que encontraron para que las mujeres, muchas de las cuales son cabeza de familia, puntualizó, no permanecieran interruptas; sin embargo, el cambio implicaba un nuevo aprendizaje, por lo que parte de la fuerza laboral migró hacia el sector no estatal.
Señala que la situación electroenergética influye sobre la puntualidad, el ausentismo y otros indicadores que se reflejan en la eficiencia.
A PESAR DE…
María Cristina Hernández lleva 20, de sus 53 años en el despalillo Niñita Valdés. Antes trabajó como auxiliar de limpieza y en la lavandería del hospital Abel Santamaría Cuadrado, pero el centro le posibilitó acercarse al hogar y mejoras económicas.
La muerte de su única hija es un dolor que acuna en el pecho; la nieta adolescente y el esposo, el impulso para no detenerse. Asegura que con el sistema de pago anterior ganaban más; no obstante, cumple y supera la norma, pese a que las hojas que procesan no son las mejores. Un mes malo devenga 5 000 pesos.
Alaba la calidad del almuerzo que les ofrecen, el cual se traslada desde la UEB de Aseguramiento de la Empresa, porque pese a contar con un comedor, no disponen de asignación de gas licuado, y por la ubicación, las regulaciones les impiden cocinar con leña, precisó Raudel Valdés, jefe de Aseguramiento.
Hernández también pondera la comprensión de la administración con las situaciones personales y la flexibilización de las condiciones para que puedan mantenerse vinculadas laboralmente, y a la vez enfrentar los problemas hogareños.
MÁS QUE HOJAS
El olor característico de escogidas y despalillos en los que se amontonan el tabaco seco puede ser desagradable o invasivo para quienes no estén adaptados a él. Los hombres y mujeres que allí se afanan, admiten no notarlo, y mientras extienden los pliegues de las hojas carmelitas y las alistan para su futuro destino, no solo están ganando el sustento propio y de la familia, en sus manos hay parte importante de la economía de Cuba.
Son parte del pueblo que sufre los apagones, el alza de los precios, la escasez de ofertas y tanto más, pero forman parte de los que no renuncian, por lo que llegue a ellos el reconocimiento y gratitud en el Día del Trabajador Tabacalero.