En un encuentro con dirigentes sindicales se les solicitó que sugirieran temas para abordar en la prensa, entre otros, el acoso fue reiterado, y aunque solemos pensar en este como la persecución sexual, lo cierto es que tiene muchas maneras de manifestarse.
Hay clasificaciones que responden a la forma de hacerlo, van desde la oralidad hasta lo físico, y el impacto psicológico de todos es incuestionable. En la era moderna, también figuran los espacios virtuales como escenarios posibles, lo cierto es que cualquiera de sus formas termina en el maltrato a la víctima.
Las relaciones interpersonales dentro del contexto laboral son tan importantes como las normas de seguridad y salud, porque un ambiente sano, de camaradería, en el que prime el respeto, sin duda, estimula la productividad, capacidad creadora y fortalece al colectivo.
Un simple buenos días, cómo estás, acompañado de una sonrisa o ademán agradable, nada cuesta y es mucho mejor que llevar el rostro hosco y el ceño fruncido; tampoco es de buen gusto el cuchicheo y comentario mal intencionado que termina siendo chisme, tenga como centro a directivo o a cualquier trabajador.
Las bromas “calientes”, los chistes a expensas de defectos físicos suelen ser pantallas tras las que se esconden conductas que van desde el acoso sexual hasta la discriminación y, muchas veces, el colectivo se suma al choteo que se le ocurrió al “gracioso”.
A no ser que alguien le diga que prefiere que lo llamen de tal manera, no use apodos o chiqueos de los nombres, los primeros pueden incomodarle y los segundos, quizás, estén reservados para personas con mayor vínculo afectivo.
Evite las preguntas indiscretas, tanto de la vida familiar, amorosa como económica de sus compañeros, cada quien comentará lo que considere puede hacer público, y lo que escuche, resérveselo.
Los espacios para cuestionamientos de procederes y toma de decisiones que inciden sobre todos, existen, -compete a las administraciones y sindicatos que estén- y en caso de no ser propiciados, exíjalo hasta la instancia que sea preciso. Para exponer los criterios y someterlos a debate, no alimente “bolas” que puedan aplastarlo, incluso, a usted.
Cumpla con sus funciones, aporte al éxito colectivo, sea solidario, pero no invasivo de la privacidad, los vínculos profesionales pueden trascender ese contexto, y aunque no sea así, nada impide que el respeto distinga las relaciones.
Quienes coinciden en un mismo centro no tienen, forzosamente, por qué ser amigos fuera de la institución o confraternizar luego de la jornada, pero las reglas elementales de la cortesía -no confundir con hipocresía- sí propician que la cordialidad se erija como un pilar de bienestar.
Identificado como la manifestación más recurrente, -por intercambios verbales con dirigentes sindicales, pues no hay denuncias- coartar la expresión, en detrimento del derecho a ser escuchados, opinar y contradecir sin temor a represalias desde las administraciones, esas que suelen irritarse cuando algún atravesa’o les cuestiona las decisiones adoptadas.
Detrás de esos jefes que no han aprendido a trabajar en equipo, a colegiar y dar curso a lo mejor para todos, hay oportunistas, ególatras, abusadores y, muchas veces, corruptos.
Lamentablemente, estos seres se empoderan en sitios donde el resto de las organizaciones lo permiten, porque tanto los núcleos del Partido como comités de base de la Unión de Jóvenes Comunistas y las secciones sindicales han de ser contraparte de tales desafueros.
Cuentan con representantes en los consejos de dirección, y la membresía de cada una de ellas son trabajadores, por lo que virar la cara hacia otro lado, fingir desconocimiento de tales prácticas y no hacer nada para enfrentarlas se convierte en complicidad, conducta que termina aupando esos desmanes.
El acoso no es algo lejano y ausente, está aquí entre nosotros, y tampoco acaba de llegar, negarlo no lo hará irse, y antes de que su generalización le convierta en un monstruo inmanejable, lo prudente es decapitarlo.
Cuando estamos en un entorno agradable, eso favorece el empleo óptimo de nuestras aptitudes, algo que no requiere recursos financieros ni materiales; sin embargo, puede contribuir a obtener ambos.