La provincia de Pinar del Río cuenta con dos polos productivos y ocho zonas de desarrollo agrícola, una de estas últimas se encuentra en la zona sur del municipio de San Luis, específicamente, en el consejo popular de Buenavista, aunque para los lugareños es Tirado.
Tanto los residentes en la demarcación como conocedores de las tradiciones locales, afirman que son suelos propicios para la siembra del plátano, uno de los cultivos rústicos claves para la seguridad alimentaria, y del cual no se logra la existencia de plantaciones requeridas, por ello, lo que se hace hoy, en aras de incrementar su presencia en los mercados, incumbe a todos los pinareños.
En esos predios tuvo lugar un encuentro bélico de la columna invasora que comandaba el lugarteniente Antonio Maceo y las huestes españolas, recogido en la historia como el combate de Palmar Amarillo, hecho del que toma nombre el área de desarrollo agrícola que allí se fomenta.
PALMAR AMARILLO
El área comprende 1 300 hectáreas, concentradas en el patrimonio agrícola de dos estructuras productivas: las cooperativas Máximo Lugo y Julio Antonio Mella, la primera de ellas es de créditos y servicios (CCS) y la segunda de producción agropecuaria (CPA), actualmente se encuentran en explotación más de 700 hectáreas.
José Ángel Ortega Hernández, director general de la Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco (ABT) San Luis, entidad que rectora la transformación, explica que el propósito final es contar con 886 hectáreas, pero en la primera etapa aspiran a llegar a 400, de las cuales esperan tener el 75 por ciento en agosto. Puntualiza que el resto dependerá de cuánto avancen en el desmonte y la disponibilidad de fuerza de trabajo.
Desde el Grupo Empresarial Tabacuba se garantizan 5 000 litros de combustible mensualmente e insumos para la salud fitosanitaria de las plantaciones, ese respaldo ya impacta sobre las producciones, y lo resalta Armando Rodríguez Cabrera, socio de la CCS, quien dice que al contar con recursos “se ven mejores las matas, los racimos, los hijos y hasta los nietos”, en alusión a la forma que tradicionalmente emplean para obtener las semillas de los nuevos campos a sembrar.
Alexis Cervantes Durán, presidente de la cooperativa Máximo Lugo, confirma que hay un incremento productivo a partir del “mayor apoyo con la maquinaria, desde la Empresa; mejor organización, lo que asegura que llegue hasta el campesino los insumos, aseguramiento material, empleo de la maquinaria y también cambios organizativos, lo cual estimula a los campesinos”.
Sobre la CPA Julio Antonio Mella, la motivación se constata con la creación de ocho contratos, de ello da fe Yasmany Corrales Ramos, quien preside la estructura: uno de ellos es el del joven de 21 años Frank Frómeta Martínez, quien espera pasar a socio, ya plantó tres hectáreas de plátano y pretende llegar a cinco, y confirma que le va bien económicamente, “lo hay que hacer es trabajar y seguir guapeando, pa’lante, que no queda de otra”.
TRADICIÓN Y TECNOLOGÍA
Entre los campesinos hay una arraigada tradición en el manejo de este cultivo, lo que les ayuda a enfrentar los problemas cotidianos como las interrupciones eléctricas en los ciclos de riego, dependientes de dicha energía. Nelson Hernández Macías, socio de la CCS, explica que concede prioridad a las áreas en producción, aunque eso retrasa el crecimiento de las que se encuentran en desarrollo.
Combina en su finca las siembras permanentes con la tecnología de extradenso, sobre esta última pondera el mayor rendimiento y, por ende, las ganancias, pero las permanentes son más resistentes; las primeras hay que demolerlas tras cada cosecha y es un año de espera, mientras que en las otras es menor el periodo entre una producción y otra.
No obstante, es la siembra escalonada lo que garantiza la cosecha de cada mes, así como la diversificación, pues también produce frijoles, tomates, arroz…, lo que trae el beneficio añadido del cuidado de los suelos.
Ortega Hernández destaca que dado el fondo de tierra disponible, la zona, igualmente, es un pilar de las hortalizas en el territorio, así como de los granos y lo que se conoce como el arroz popular, siembras que se destinan al autoconsumo familiar. Añade que en cuanto al plátano, la estrategia es mantener 15 hectáreas en cosecha por mes, lo que les permitiría acopiar alrededor de 600 toneladas.
Los productores prefieren el método tradicional de obtener los hijos de las plantas, y aunque para los campos en que siembra con la tecnología de extradenso emplean vitroplantas, también combinan el uso de la maquinaria con la tracción animal.
LAS DIFICULTADES
La falta de fuerza de trabajo y la alta incidencia del delito están identificados como los principales problemas. Rodríguez Cabrera sostiene que a él no lo detienen ni los apagones ni las carencias materiales, riega a la hora que llegue la electricidad, aunque sea de noche, pero el robo si le pone coto al ímpetu de este hombre de 74 años que ha sido víctima de maleantes.
“No es fácil que en una noche te lleven 40 racimos de plátanos, ese es el trabajo de uno”, y cuestiona el rigor de las medidas aplicadas a quien fuera sorprendido en el acto, “si no duermo cuidando el platanal, cómo trabajo al otro día”.
Hernández Macías no ha escapado del robo de sus cosechas, no oculta la molestia que le provoca que otros se lleven el fruto de su sacrificio. En cuanto a la disponibilidad de hombres para el trabajo, dice que la campaña tabacalera es una competencia muy fuerte, y aunque se ocupa que tanto por salario como por alimentación sus obreros estén bien atendidos, no logra estabilizar un equipo.
En la CPA lidian con la misma dificultad, asegura Corrales Ramos, quien espera que a raíz de la prioridad concedida al área de desarrollo agrícola se consiga mayor permanencia de la fuerza, “estos barrios son vulnerables, y lo que hace que la gente emigre de aquí son los problemas con el agua”.
MÁS QUE SEMBRADÍOS
Idalmis Marimón López, intendente del municipio, refiere que paralelamente al fomento del área de desarrollo agrícola se ejecutan acciones de alto impacto social, y destaca la reparación del camino, así como la recuperación del fondo habitacional, de las 1 115 viviendas enclavadas en la demarcación, al paso de Ian sufrieron daños 698.
De las 241 que sufrieron pérdida total de techo, solo quedan pendientes 33, además, realizaron mejoras constructivas a la bodega y se creó un Sistema de Atención a la Familia (SAF), servicio que no existía en la zona, del cual se beneficiarán 15 comensales.
Se estudia la factibilidad de un proyecto para solucionar el abasto de agua a la población, y ejecutarán una reparación a la escuela primaria, mientras que Etecsa realiza una inversión que dotará de telefonía fija a 210 hogares.
En el área de desarrollo agrícola Palmar Amarillo, la sapiencia de los campesinos se combina con estrategias económicas para lograr el máximo aprovechamiento de los recursos materiales existentes, junto al beneficio social para que la ruralidad no sea una carga.
El programa integral que allí se ejecuta se chequea semanalmente, manteniendo un estrecho vínculo con la base productiva y los diferentes actores de la comunidad, todo en consonancia con la ley de soberanía y seguridad alimentaria y nutricional. Como los mambises, que batallaron en esos predios por la independencia, hoy se despliega allí un nuevo combate por la autonomía y el fortalecimiento del municipio.