José Luis Leal es un hombre sencillo. Lo vemos andar lento apoyado en su bastón, pero con pasos seguros. Es como si el tiempo, a los 68 años de edad, y la vida no pudieran con su ímpetu, ni con los deseos de trabajar, colaborar y de ser útil.
Esa fue la impresión que nos llevamos de este pinareño que tiene mucha historia que contar. Nació en 1956, y desde muy joven supo incorporarse a las actividades de la naciente Revolución.
El poblado de Alonso de Rojas, en Consolación del Sur, fue el lugar que lo vio crecer. Allí, junto a sus hermanos, en total eran nueve, al cuidado de su mamá, pasó su infancia.
Nos contó que se criaron en el seno de una familia revolucionaria, en la que muchos integrantes estuvieron presentes en cada momento histórico del país como en la lucha contra bandidos y en misiones en otros países del mundo, y esa influencia tan cercana los formó y los forjó.
Estudió en las escuelas locales, y sus recuerdos lo llevan a hablar de cuando partió a la provincia de Matanzas a graduarse de técnico en Agronomía, después, fue al Servicio Militar en el llamado número 13.
“Luego de recibir entrenamiento, fui instructor de los combatientes que iban para Angola y Etiopía”. Tenía José Luis tan solo unos 18 o 19 años de edad. Más tarde se incorporó a su vida laboral. Los primeros años transcurrieron en el Minint, donde se dedicó a la seguridad personal.
“Trabajé en las embajadas de México, Perú, El Congo, Nigeria y en otras. Custodiábamos la zona, eso se hace a nivel mundial. Ahí estuve como siete u ocho años”.
También laboró por casi 30 años en el Mintur como chofer de taxis, trasladando a los turistas para diferentes lugares del país. Hoy está jubilado, pero a él le parece que no, que aún está integrado.
“Es que me atienden y me quieren mucho. Van a mi casa, saben cualquier problema que yo tenga.
“Cuento con muchos amigos en mi antiguo trabajo. De alguna forma representé a Transtur Pinar del Río, tanto en el noveno Congreso de los CDR como cuando se nos entregó la bandera 28 de Septiembre, en el año 2018.
“Para mí Transtur fue una gran oportunidad en mi vida al igual que los CDR”.
DESDE MUY TEMPRANO EN LOS CDR
Indudablemente, José Luis es un apasionado de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), tanto, que junto a las Fuerzas Armadas Revolucionarias los considera el puntal de la Revolución.
“Los Comités… son los que están en la cuadra, y los que dominan quienes son los habitantes de cada lugar, por eso, en aquel momento, se pudo capturar a las bandas contrarrevolucionarias que existían en los distintos sitios del país”.
Comenzó casi de niño en las tareas que por aquel entonces tenía la organización cederista, por el año 1968 fueron sus inicios.
“En ese tiempo, los CDR eran muy bonitos: había círculos de interés y otras iniciativas, era una masa cederista grande. Fidel los creó en 1960, porque existía la contrarrevolución, y es en el Palacio Presidencial donde plantea que había que crear un comité en cada zona y barrio, y realmente cuidaron a nuestro pueblo.
“Uno vivía en un barrio y sabía quiénes convivían allí, por eso su importancia, porque la Revolución estaba amenazada, y los CDR jugaron su papel.
“A lo largo de los años he participado en muchas tareas de la organización, lo llevo en la sangre. Para mí es parte de mi vida”.
“En la actualidad, es importante trabajar con la juventud, para que ellos se integren a la organización, pues no podemos dejar que desaparezca, hay que revitalizarla, impregnarle ese espíritu entusiasta de los jóvenes y que sean capaces también de ser cuadros.
“He sido coordinador de zona, presidente, miembro del secretariado municipal por muchos años.
“Vivimos momentos de los más difíciles de la Revolución, por eso ahora los CDR tienen que seguir el papel que desempeñaron en sus orígenes. Trabajar con las nuevas generaciones, con el barrio, de conjunto con las federadas, con las personas que quieran ayudar y seguir adelante”.
Cuando José Luis vivió cerca del parque Antonio Maceo (Colón), en la ciudad pinareña, en la zona número tres, gracias a su trabajo y al de los demás cederistas resultaron vanguardia nacional.
“Esta zona era un orgullo para la provincia, aquí fue donde nos entregaron la bandera 28 de Septiembre. Conservo bien las fotos de ese momento, porque nunca lo olvido”.
Actualmente, reside en la calle Sol, en la zona 55, pero igual, sigue su trabajo como líder cederista, ahora en la esfera de Vigilancia. Al preguntarle sobre cómo es la labor que realizan en el barrio con las personas más vulnerable nos explicó:
“Tengo personas vulnerables, enfermos que ayudamos. Vamos casa por casa, porque solo así sabemos lo que tenemos. Pienso que el dirigente de base que sea bueno debe dominar qué personas tienen problemas económicos y sociales.
“Cuando hay una situación que es grave, voy a los organismos superiores y lo planteo. Incluso, hace poco un hombre se quedó ciego, lo analizamos, buscamos al trabajador social y lo llevamos a su casa. Ese es el verdadero trabajo del activista de los CDR.
“Tenemos que trabajar en el tema de la droga, algo que le está haciendo un daño tremendo a la juventud de este país, por eso hacemos barrio debates”. Su preocupación por este tema nos lo planteó varias veces, y es que este hombre es de los que considera que aún se puede hacer más y obtener mejores resultados.
“Existe también un problema social con los que ponen la música alta y cometen otras indisciplinas en los barrios, por lo que pienso que en el aniversario 65 tenemos que desempeñar nuestro papel, apoyados por el Minint”, así expone José sus criterios.
José Luis cree en la dignidad del hombre, en asumir tareas con mucha responsabilidad y en ganarse la confianza de los demás a partir de sus actos y comportamiento. Esa fue la idea que nos llevamos mientras conversábamos.
Es de los que no mira de qué lado se vive mejor, sino la forma de hacer las cosas bien, por eso, al recordar a sus nietos, piensa igual en todos los jóvenes cubanos. Él les inculca el camino a seguir, él correcto, según sus principios.
Su gran reto es trabajar y hacer las cosas mejor, e insiste y asegura que la juventud es el presente y el futuro de la Patria.
Entre las metas que aún tiene se encuentra seguir con su labor en los CDR, y que sus nietos sepan del recorrido de su abuelo, que para ellos sea una gran virtud.
“No pienso en los bienes que pueda tener, sino en lo que pueda hacer, nací y me inculcaron eso, y así soy”.
Para este hombre que se emociona al hablar y que lleva más de 40 años con su esposa Rosa, el amor también tocó un día a la puerta.
“No me enamoré tan joven, fue exactamente cuando estaba en el Minint. Conocí a mi esposa cuando el ciclón Alberto.
“Ella estaba evacuada en la secundaria 1 200 en la ciudad pinareña, se encontraba allí con su muchachita pequeña, que tenía solo tres meses de nacida. Entonces hablamos y conversamos, y salió la relación”, nos comenta, a la vez que nos dice que la familia ocupa un lugar muy valioso en su vida.
“Su hija mayor va a cumplir 43 años, imagínese que llevamos todo ese tiempo juntos, mi esposa y yo. Tenemos dos hijas más y cinco nietos.
Así, con sencillez, nos habla de lo que más quiere. “Hemos mantenido esta relación, porque hay personas que son humildes y sencillas y saben comprender y transmitir lo bueno sobre la pareja que tienen, ese es el secreto. A mí siempre me ha gustado ser muy organizado”, confiesa.
Hay hombres que eligen vivir fieles a sus principios, y José Luis es uno de ellos, para él la fidelidad y la justicia son elementales, porque como dijera José Martí : “El honor es la dicha y la fuerza”.