Estamos en temporada de mango, como solemos llamar a las frutas en estación, y la verdad es que esta es una de las frutas preferidas de los cubanos, por lo que pudiéramos decir que por estos meses, en nuestras casas acostumbramos a disfrutar de una rica mermelada o un jugo o batido bien frío de mango.
Y contrario a lo que muchos creen, esta no es una fruta originaria de las Américas, pues el mango es de origen asiático, concretamente, se piensa que es oriundo de una zona geográfica comprendida entre el noroeste de la India y el norte de Burma (la antigua Birmania). Para algunos, lo más probable es que su origen exacto se remonte a Sri Lanka, antiguo Ceilán.
Procede del árbol (Mangifera indica), especial que puede llegar a alcanzar los 20 metros de altura. Esta variedad se cataloga dentro de la familia de las Anacardiáceas, a la que también pertenecen otros alimentos comunes como el anacardo o el pistacho.
El mango era, y es actualmente, un árbol muy apreciado en la cultura hindú. Los portugueses lo llevaron primero al sur del continente africano. Después pasó a las costas de Brasil y, de ahí, a la Isla de Barbados. Los españoles, a su vez, introdujeron su cultivo en las colonias españolas tropicales del continente americano, y así llegó a nuestro país.
Posteriormente, alcanzaría las regiones de América Central y Estados Unidos, mientras que se iba conociendo cada vez más en Europa. A pesar de ello, su consumo no termina de estar establecido en todos los países europeos.
Propiedades del mango
El mango destaca por el conjunto de nutrientes y sustancias antioxidantes que se hallan en su composición.
Fuente de vitaminas C y A; rica en vitamina E; aporta magnesio y potasio; contiene ácidos depurativos. Además de nutrientes, el mango aporta otras sustancias con efectos beneficiosos sobre la salud. Los ácidos tartárico y málico ayudan a contrarrestar el efecto de los residuos metabólicos de naturaleza ácida.
LA RECETA DE HOY:
Dulce de mango verde en almíbar
Ingredientes:
Mangos, canela y azúcar.
Preparación:
Lava y pela los mangos. Córtalos en cuadrados pequeños.
Incorpora en un recipiente el mango cortado con el agua, el azúcar, la canela (opcional) y pon a cocinar a fuego medio
Cocina durante 25 minutos, aproximadamente, hasta que el mango se vea transparente.
Apaga el fuego y deja reposar hasta que enfríe.
Puedes acompañarlo con queso picado en cuadritos.