Cada curso escolar que inicia debe ser el mejor, el que pasó, ya tuvo su momento, y el que comienza es el que ahora en este momento nos da la oportunidad de aprender más, estudiar, crear, investigar, vencer los objetivos, prepararse mejor, aprovechar las variantes de superación.
O sea que cada inicio de septiembre significa para los estudiantes y docentes de Cuba un camino por transitar, eso sí con obstáculos, pero que se pueden hacer viables con la voluntad para aprender y por supuesto con el empeño de vencer los desafíos.
A los maestros les corresponde prepararse más, no se concibe un docente que vaya a las aulas sin llevar cada día algo novedoso en sus métodos de enseñanza, en los medios que utiliza y en los contenidos que imparte.
Un docente es un artista, un profesional que tiene, primero que conocer las características del grupo al que se enfrenta y, y en especial, las individualidades de cada alumno. Nada le puede pasar inadvertido, debe tener coraza para tener en sí lo mejor de su asignatura y especialidad, y saberlo dar; pero a la vez poseer la sabiduría para conocer a cada estudiantes y su entorno familiar.
No hay contenidos difíciles, si hay maestros capaces. Y al hablar de este tema, no olvido nunca a una profesora de Español y Literatura, que sus alumnos eran de campo, amantes de todas las costumbres de sus poblados rurales, y al impartir la obra El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de La Mancha, adornó la escoba del aula como un caballo y cabalgó. Esa fue la motivación.
Tal vez no fue la idea más científica, ni la más pedagógica, pero esa joven logró ese día, que sus alumnos de campo de la Secundaria se deslumbraran con la lectura y con los personajes de la obra: quiénes eran, qué hacían, dónde vivían, en qué época, cómo eran… todas las preguntas parecían pocas.
Esa profesora solo estudió a sus alumnos, sus gustos y preferencias, y convirtió un simple palo en una motivación para el aprendizaje. Por tanto, el mensaje no es a hacer de cada escoba un corcel, sino llamar a la preparación constante, a la creatividad, y a poner amor y deseos en lo que se hace, el objetivo es bien preciso: lograr que los alumnos se apropien del contenido, ahí está la esencia del proceso de enseñanza y aprendizaje.
A los alumnos les toca pensar en su futuro y a aprovechar cada ocasión que les tribute preparación. Decían los abuelos que “el saber no ocupa lugar, pero para ocupar un lugar tienes que saber”.
Hoy las tecnologías pueden ayudar de manera positiva a la adquisición de conocimientos, pues utilícenlas para estos objetivos, indaguen sobre los temas de las diferentes asignaturas, investiguen, lleguen a lo profundo, y sabrán que bien se siente poder conocer y aprender.
Lean, debo insistir en este verbo, muchos estudiantes se quedan solo con el cuento de las obras que le hacen sus maestros, y son incapaces de “beberse” un libro. Esa va a ser parte de su cultura general y de su preparación futura, y sobre el tema comentó en reciente visita a la provincia la doctora Naima Ariatne Trujillo Barreto, ministra de Educación.
Para las familias, el inicio de cada curso escolar, y este no es la excepción, debe de ser un reto. La preocupación, exigencia y cooperación en la casa es fundamental. Los muchachos se deben sentir responsables de sus estudios, son ellos los que tienen que hacer los deberes escolares, pero a la vez sentir el apoyo de sus padres o tutores.
Es la familia la principal en la educación de los hijos, y son ellos los que debe inculcarles el respeto por sus profesores. Y hablo de esto porque en esta época existen algunas personas que “endiosan” a sus hijos, y son incapaces de ni siquiera cooperar con la escuela en la correcta educación de sus descendientes.
La cooperación y la preocupación constante de los padres resultan insustituible. De conjunto familia, escuela y comunidad conforman un trío muy efectivo, y de la solidez de su relación depende el éxito del funcionamiento de todos los procesos educativos.
Ya nuestros muchachos están en sus aulas, el futuro les pertenece, y como decía José Martí : “El verdadero objeto de la enseñanza es preparar al hombre para que pueda vivir por sí decorosamente, sin perder la gracia y generosidad del espíritu, y sin poner en peligro con su egoísmo o servidumbre la dignidad y fuerza de la patria”.