Como un sexto capítulo de una novela beisbolera, cargada de emociones y giros dramáticos, Leñadores de Las Tunas y Avispas de Santiago de Cuba retoman en esta jornada la porfía durante las semifinales de la III Liga Élite (LEBC), desde el estadio Julio Antonio Mella.
Luego de los éxitos iniciales de los tuneros (4×5 y 10×11) en rol de locales, la serie se trasladó hasta el Guillermón Moncada, donde la tierra caliente le imprimió sus propios matices, siempre con la ofensiva como punta de lanza, pero con saldo favorable para los indómitos en dos de las tres presentaciones (5×7/ 11×9/ 14×15), ambas definidas mediante la regla Schiller.
El regreso al Balcón del Oriente está marcado por el empuje moral de los santiagueros, quienes reencontraron su mejor versión en casa y el destino le tendió una mano a Eddy Cajigal, dada la perseverancia del mentor en los cambios a lo largo del juego que lo llevan a transitar de un extremo a otro: de lo pasional a lo táctico.
Sin lugar a dudas, los bateadores han asumido el protagonismo como si en ello les fuera la vida, mientras los cuerpos de dirección deben lidiar con la incertidumbre de hasta cuándo prolongar la faena del lanzador que sí domine o, en el caso particular de Abeysi Pantoja, cuántas oportunidades necesita su bullpen para encontrar el norte.
La debacle de los relevistas verdirrojos tomó por sorpresa a propios y extraños, pues justo esa área constituye la fortaleza del staff de serpentineros, y por ahí se le diluyen las ventajas en las postrimerías de los choques.
En la actual postemporada la tropa de Cajigal ha fabricado 45 carreras, de ellas 26 han sido concebidas en el último tercio, lo cual se traduce en alrededor del 58 por ciento de las anotaciones, mientras en extrainnings suman otras cinco “rayitas”.
Por el cuadro rival sucede todo lo contrario, la artillería de Pantoja arranca a máxima velocidad en los compases iniciales y así lo refrendan los 29 hombres que han llegado a home plate en la primera mitad de los compromisos, además de la obtención de los siete jonrones antes de concluir la sexta entrada.
Ahora bien ¿qué lecturas deponen tales estadísticas? Los abridores de Las Tunas, pese a la duda de especialistas y entrenadores, han cumplido con los deberes, al igual que la ofensiva; sin embargo la defensa y el bullpen echan por la borda el terreno ganado en los primeros actos, a causa de un resultado inestable y también por mérito de un Santiago de Cuba que ha convertido la fe de lucha en su bandera al conservar esperanzas hasta el out 27.
Mientras el alto mando de los más orientales apenas titubea a la hora de intercambiar piezas, la afición de los subtitulares de la Champions League 2025 aclama por la intervención de otros jugadores en aras de localizar la calma en el tramo final, sin dejar de reconocer las jerarquías dentro de la plantilla.
A tono con esa necesidad de buscar en otros nombres el plus para finiquitar las acciones, los habitantes del “bosque encantado” designaron a Jesús Enrique Pérez como carta de triunfo, sobre todo en un escenario que agiganta a los suyos, pues ostentan 19 sonrisas en las 22 apariciones más recientes en Play Off.
Con la exigencia de que para los visitantes el mañana existe en dependencia del logro diario, la responsabilidad del box es para Osvaldo Acuña, quien intervino en el segundo desafío con tránsito de 4,1 episodios, cuatro anotaciones limpias permitidas, tres ponches y cuatro boletos, además de un promedio de efectividad (PCL) de 8,31 y un average de los contrarios de 333, producto de seis hits en 18 turnos.
Lo anterior expuesto será tan solo letra muerta a partir de las dos de la tarde porque en un deporte de probabilidades y misticismos la última palabra siempre será dicha en la grama.