La de Úrsula Martínez ha sido una vida enteramente dedicada a las artes escénicas. Acaba de cumplir sus 72 años y me asegura que cuando comenzó como actriz, en el extinto grupo de teatro infantil La Edad de Oro, era una jovencita, aún sin edad laboral.
“No sé si lo llevaba en sangre -cuenta- porque mi padre fue trovador de esta provincia, y está Aurora, mi hermana, quien fue actriz, creo que desde que nació. Conocí después a mi esposo, Carlos Ramos, que ya estaba en el grupo ese como actor, y yo asistía con él a los ensayos. Me fue interesando todo ese mundo hasta que me presenté a las pruebas de captación”.
Por su mente desfilan entonces muchos nombres: de directores, obras, festivales… Úrsula integró el Conjunto Dramático de Pinar del Río, una agrupación imprescindible en la historia del teatro en la provincia. “Ahí, ciertamente, comenzó mi carrera como actriz de teatro con más seriedad”, considera.
Fue la novia de Pachencho en el musical El velorio de Pachencho, y la compañera de Leonardo en Bodas de Sangre. También formó parte del elenco de Santa Camila de La Habana Vieja y de otras tantas obras de renombrados dramaturgos cubanos y extranjeros.
“Con el Conjunto Dramático participamos en festivales nacionales con puestas importantes, nos vieron muchísimos directores que se interesaron por la agrupación, que era en aquel entonces muy buena, tenía muy buenos actores, realmente. Por ejemplo, Bodas de Sangre la paseamos por todas las provincias, la llevamos, incluso, a España, donde fue un exitazo”, recuerda la experimentada actriz.
Junto a su inseparable Carlos Ramos fundó Teatro D Súbito, y en compañía de las inolvidables artistas Silvia Domínguez y Luisa Marina Pérez integró el proyecto Arte Cuento, que pudiéramos llamar el núcleo fundacional de la narración oral escénica en Vueltabajo.
“Fue Silvia quien trajo esas ideas desde La Habana y nos fue inculcando ese bichito de la narración oral, un arte que amo mucho. Aquella fue una etapa muy linda, porque nos íbamos a lugares intrincados con nuestros cuentos, éramos itinerantes, por donde quiera estábamos. A los niños les gustaba cantidad y a los adultos también”.
Continúa contando que: “Esto de ser narradora de cuentos me fascina. Y eso que a los narradores nos ha costado bastante que nos reconozcan como especialidad dentro de las artes escénicas. Y lo es, porque tienes que versionar los textos para llevarlos a la narración oral; pasarlos por tu cerebro, por tu corazón, para que el público crea en ti, como mismo en el teatro tienes que creer en el personaje que estás interpretando”.
Precisamente, a la narración oral dedica Úrsula su talento en la etapa actual, más tranquila, como exige la edad; pero, sin abandonar el escenario. Como integrante del proyecto A la cuenta de tres lleva sus historias a bibliotecas, escuelas y otros espacios comunitarios.
“El teatro demanda de gran energía, aunque me atrevería, me atrevería con un personaje en el teatro, si me lo proponen”, confiesa.
Sucede que Úrsula, aun después de tantos años dedicados de manera ininterrumpida a las artes escénicas, de tantos escenarios y reconocimientos, todavía vive el teatro con la misma emoción de aquella muchachita que llegara a las tablas a finales de la década de 1960.
“El teatro, desde sus orígenes, transmite ideas que te hacen pensar, que ayudan a la transformación de la sociedad, que te crean una vocación de servicio para tu público, para tu pueblo. Es lo que he hecho toda mi vida, y creo que nunca dejaré de hacerlo, me cuesta mucho desprenderme de él”.
¿Qué debería tener ese personaje o esa obra que Úrsula está esperando para subir otra vez al escenario?, preguntamos.
Fue su respuesta la mejor conclusión a la entrevista:
“Que ayude a esta sociedad, como escudo y espada de la nación que es el arte. Que ayude para el bien de los cubanos, que ahora mismo estamos complicados; pero hay que levantarse de todas esas cosas y seguir haciendo arte, seguir haciendo cultura. Es lo que siento que me corresponde hacer, desde este lugar que me tocó en la sociedad. Y seguiré haciendo, como dijo Miguel Barnet, empujando este país”.