Tipos de sufijos y clasificación
Hoy continuamos con la clasificación de los sufijos:
Sufijos flexivos: los sufijos flexivos, a diferencia de los anteriores, no reflejan las valoraciones del referente que una persona tiene, sino que cumplen un rol enteramente gramatical. Esto significa que su rol tiene sentido dentro de la lengua misma, de modo tal de hacerla describir lo mejor posible el objeto o la realidad aludida por el lenguaje. Así, tenemos los siguientes tipos de flexivos:
- Sufijos flexivos de género: los flexivos de género son aquellos que modifican la terminación de una palabra para indicar a qué género (masculino o femenino) se refiere la misma. Generalmente son -a y -o, dependiendo de si el referente es femenino o masculino, respectivamente, aunque a veces puede emplearse también el -e. Por ejemplo: maestr-o para el masculino, maestr-a para el femenino.
- Sufijos flexivos de número: semejante al caso anterior, el de los flexivos de número tiene como fin indicar si el referente es singular o plural (para esto se emplea el sufijo -s). Así, usando el mismo ejemplo del caso anterior, tendremos: maestro (singular) o maestro-s (plural). Como se verá, los flexivos de género y número pueden y suelen acompañarse.
- Sufijos flexivos verbales: trataremos como una categoría aparte los flexivos que tienen que ver con los verbos, y que sirven para adecuarlos a la acción que buscan describir. Y aunque los veamos por separado, todos se dan normalmente a la vez:
- Flexivos de persona verbal: aquellos que se adhieren al verbo para adecuarlo a una conjugación específica, es decir, para indicar qué persona realiza la acción, de acuerdo con las reglas establecidas para las personas verbales dentro de la lengua. Por ejemplo: del verbo “enseñar” podemos obtener “enseñ-o” (yo), “enseñ-as” (tú), “enseñ-a” (Ud./ él/ ella), “enseñ-amos” (nosotros), “enseñ-an” (ellos).
- Flexivos modo, tiempo y aspecto: como indica su nombre, coordinan la forma en que se expresan el modo verbal, el tiempo verbal y el aspecto verbal, permitiendo que la acción del verbo se adapte a las condiciones en que ocurre. Por ejemplo: del verbo “enseñar”, tenemos “enseñ-a” (presente), “enseñ-ará” (futuro), “enseñ-aba” (pretérito imperfecto), “enseñ-aría” (condicional), “enseñ-a” (imperativo), “enseñ-e” (subjuntivo), etc.
- Flexivos verbales impersonales: por último, están las formas verbales incompletas o impersonales, es decir, que no se conjugan, y por eso las listamos aparte de las demás. Son el infinitivo (-ar, -er, -ir), el gerundio (-ando, -endo) y el participio (-ado, -ido). Por ejemplo: el verbo “enseñ-ar” (infinitivo), “enseñ-ando” (gerundio) o “enseñ-ado” (participio).