Los niños nacieron para ser felices, como lo dijera nuestro Apóstol José Martí en su momento. Y no es menos cierto, pues no existe en el mundo cura mayor para cualquier mal que el resonar de la risa fuerte y clara de un infante.
Y es precisamente cuando el niño tiene tiempo para el ocio, para el disfrute, para juntarse con otros de su tipo, que es más clara su felicidad. Lo triste de este asunto, es que tras la alegría de los más pequeños se esconden narrativas menos alegres, propiciadas por falta de espacios recreativos o por los altos costos que hoy se cobra por dicha diversión infantil.
Esta semana fue de receso docente en nuestro país, marcada por los acontecimientos de la victoria de Girón, –Semana de la Victoria, como también se le conoce– fecha en la cual cientos de padres sacaron a sus hijos a donde sus bolsillos pudieran dirigirse.
Es que en la vida tan convulsa, ajetreada y complicada que se vive hoy, no solo en Cuba, los espacios dedicados a la recreación infantil deberían ser más que problemas estadísticos financieros y noches sacando cuentas, espacios y refugios para el escape de la realidad que nos consume a todos por igual.
Sin embargo, lo cierto es que, lejos de facilitar el divertimento, tales lugares dejan a los padres con un mal sabor, con tristeza, preocupación por el mañana y no pocos bolsillos rotos.
“Los niños se lo merecen todo, y se merecen lo mejor”, diría un amigo en días recientes, mientras este escriba sondeaba el asunto. Y sí, es cierto, pero…, querido amigo lector, se ha preguntado usted realmente ¿cuánto cuesta hoy en Cuba la diversión infantil?
Para nadie es un secreto que los locales y centros estatales que aún “funcionan”, lo hacen sobre la base de la renta a trabajadores por cuenta propia, a actores no estatales del sector privado.
Con ello, y sin darle muchas vueltas al carrusel, poco a poco hemos permitido, y consentido, que los precios hayan tomado un giro alarmante y se hayan disparado a modo de carritos locos, para usar analogías relativas al tema.
Lo peor es que el asunto, por ser del grueso de carteras o monederos, esconde otro elemento psicológico y subconsciente: el problema de condicionar la experiencia de los niños a la capacidad económica de sus familias.
Y todos sabemos que no es por especular, pero si el hijo de Fulanito se sube a tal aparato, y monta este y aquel equipo, el mío también, porque no es menos que nadie… ¿o acaso miente el escriba? Ahí comienza entonces la espiral económica descendente.
Es triste recordar que en 2016, el país decidía expandir las opciones para ampliar la recreación infantil, al aprobar la licencia por cuenta propia para manejar y rentar equipos con tales fines. De esta forma, surgieron todo tipo de aparatos artesanales, castillos inflables, trencitos, maquinitas, y hasta paseos en ponis que se suponían fueran económicos. El tiempo dijo lo contrario.
Como remedio o parche a lo anterior, en agosto de 2022, el Ministerio del Comercio Interior aprobó entonces el procedimiento para la licitación del arrendamiento de establecimientos estatales a los nuevos actores emergentes de la economía cubana. En su momento también fue un paso de avance muy importante, pero, de igual forma, nos jugó cabeza y nos pasó factura.
No digo que sea malo contar con ambas opciones o espacios; sin embargo, lo relativo a la no existencia de una política sólida de formación y control de precios en este sentido, echa por tierra cualquier intención por noble que sea.
Doloroso y abusivo resulta entonces saber –y no actuar al respecto– que el acceso y costos asociados a la diversión infantil son a consideración y antojo de los privados.
Peor es, entonces, cuando por estar nuestros niños dando brincos cinco minutos en un corral o trepados en un castillo inflable, la mano tiemble dentro del bolsillo al extraer fracciones considerables de un salario que de por sí ya no alcanza para lo básico.
A criterio de quien suscribe, el mal nunca se cortará ya de cuajo, está demasiado enraízado y autorizado, pero, intervenir para que el fenómeno no escale, no estaría de más. Pensemos en ello.