Con un plan total de 1 090 hectáreas para la actual campaña de frío, productores del polo productivo Hermanos Barcón trabajan para garantizar viandas y hortalizas de fin de año
Desde que se inauguró el polo productivo Hermanos Barcón, Yosvel Becerra Marrero decidió, junto a su padre, pedir un pedazo de tierra en usufructo. En un área ociosa que solo producía marabú, hoy muestra cinco hectáreas de frijol, ají, tomate y calabaza.
“Siempre he trabajado en el campo. En onceno grado dejé la escuela y mi papá me haló las orejas. Me dijo que tenía que ponerme a trabajar, porque sin hacer nada no podía estar. Cuando aquello no teníamos vega, él estaba en el sector estatal y yo con los campesinos como jornalero. Entonces apareció la oportunidad de pedir esta tierra que estaba y nos la dieron”.
Aunque en años anteriores su fuerte era la siembra de melón, desde la pasada campaña apostó por el tomate y le ha dado buenos resultados. “La verdad, le tenía miedo al tomate, como dice uno, pero me dijeron que probara, que podía, y me ha salido bien”.
Hace dos años que Yosvel construyó una casita en la finca y hasta hoy vive ahí con su familia. A pesar de que pasaron un año entero sin electricidad, ya cuentan con corriente y han podido diversificar con la cría de animales para su autoconsumo.
“A veces salíamos a las 10 de la noche y esto se quedaba solo hasta las cinco de la mañana. Cuando llegabas te habían acabado con lo que tenías en el campo. Ya tenemos electricidad, criamos pollos, cerdos, y esperamos que poco a poco podamos mejorar la casita”.
Yosvel es uno de los 56 productores con que cuenta hoy “Barcón”, un polo productivo que enfrenta una campaña de frío que inició con atrasos a causa de las lluvias, y que además está marcada por serias limitaciones con el combustible.
“Sabemos que es un escenario diferente, y todos los productores queremos sembrar a la vez, pero hemos tratado de manejar la situación bastante bien de conjunto con la dirección del Polo. Barcón es muy grande. Yo puedo trabajar un pedacito con bueyes, pero necesitamos la maquinaria para poder avanzar”.
MÁS SANGRE JOVEN
No solo Yosvel se dedica a laborar la tierra desde que era bien joven. En la actualidad, en Barcón hay sangre nueva que apostó por la tierra, y en ella ha echado raíces.
Ese es el caso de los hermanos Osviel y Osvey Quintana Mesa, quienes desde hace tres años han puesto a producir 34 hectáreas con una amplia variedad de cultivos.
“Vivimos en el 10 de la carretera a La Coloma, pero pasamos aquí la mayor parte del tiempo. Los límites de nuestra tierra están sembrados de mango y coco, que también nos aporta beneficios. Lo demás lo plantamos de boniato, frijol, calabaza, pepino, tomate. Aquí se siembra de todo”, comenta Osviel.
“Las lluvias nos atrasaron mucho. Este tomate está sembrado a la fuerza prácticamente, con la tierra llena de agua y los tractores tratando de orear. Si no lo hacíamos así, no salía el tomate para fin de año, y lo vamos a tener”, dice Osvey.
La pasada campaña sufrieron bastantes daños en el frijol; sin embargo, en esta prevén obtener rendimientos por encima de las 18 toneladas por hectárea.
Osviel y Osvey cuentan hoy con ocho trabajadores en el campo, aunque reconocen que en los picos de cosecha se necesita mayor cantidad de obreros, y la fuerza de trabajo es muy difícil de mantener actualmente.
“Ellos se afanan con nosotros todo el año, y además de pagarles 500 pesos diarios sacan el frijol, su vianda y su ensalada, pero es difícil. Ahora tenemos cerca un campamento de internos con 60 vinculados al Polo, y eso nos ayuda bastante”, explica Osviel.
UNA CAMPAÑA DIFÍCIL
Garantizar las viandas y hortalizas para los días de fin de año en los mercados del municipio cabecera es una de las metas más urgentes en Barcón. Con un plan total de 1 090 hectáreas para la actual campaña de frío, prevén cerrar diciembre con unas 800 sembradas.
De acuerdo con Mario Luis García Talancón, jefe de producción del Polo, hasta el momento cuentan con más de 400 hectáreas plantadas y fomentan cultivos como tomate, frijol y boniato.
“Perdimos muchos semilleros de tomate debido a las lluvias. Teníamos 40 kilogramos de semilla en el campo. Para salvar los que se ven, tuvimos que taparlos con mantas y tendales, y ya tenemos unas 15 hectáreas que estarán en los mercados para el 24 de diciembre.
“Existen dificultades con la entrada del petróleo y con los lubricantes, pero hemos tratado de reajustar. Trabajamos con intensidad la siembra de frijol, pues tenemos un plan de 300 hectáreas y esta es la época óptima para el cultivo.
“Igualmente, contamos con un plan de 90 hectáreas de tomate, 250 de boniato y 120 de maíz. Son cifras altas que necesariamente requieren del uso de la maquinaria y, sobre todo, de combustible”, apuntó.
Explicó García Talancón que ya poseen la semilla para plantar próximamente 14 hectáreas de papa, de la cual prevén obtener un rendimiento de 20 toneladas por hectárea.
En el caso del plátano, precisó que no todos los suelos de Barcón son óptimos para su siembra, por lo que mantienen el cultivo en tierras como las de Eddy Cuba, además, dedican 22 hectáreas a la entrada del Polo, de las cuales ya tienen cuatro plantadas.
Por otra parte, fomentan la acuicultura en dos espejos de agua, uno sembrado con 15 000 alevines de tenca, de la cual se han obtenido cuatro toneladas de pescado, y otro con tilapia negra que ha aportado unas dos toneladas que venden a Pescario.
Desde el pasado año inauguraron una moderna minindustria que debe arrancar del procesamiento de las producciones de frío en enero próximo, principalmente puré de tomate con destino al autoconsumo y a las distintas entidades de Tabacuba en el municipio.
En relación con la minindustria, detalló García Talancón, que los ha golpeado la falta de envases; sin embargo, han realizado ventas a granel y están abiertos a expender el producto, incluso, a actores no estatales.
Sergio Travieso Sánchez, director del Polo, explicó que la presente campaña de frío se tornó bastante difícil desde sus inicios, pero aun así, no descansan ni los fines de semana para avanzar todo lo posible.
“Barcón cuenta con 56 productores y todos forman parte del Sistema de Planificación Agropecuaria (SIPA), con sus contratos en regla. Esta campaña inició tarde a consecuencia del clima, a eso se ha sumado la escasez de combustible, que es indispensable para trabajar.
Hemos estado hasta cinco días sin que entre una gota de petróleo, entonces todo se paraliza prácticamente. Cuando recibimos 1 000 o 2 000 litros tenemos que tratar de distribuirlo de manera que cada cual pueda hacer algo, pero es bien difícil. No obstante, estamos convencidos de que los pinareños tendrán su ensalada y su vianda de fin de año en los mercados”, añadió Travieso Sánchez.