Se ha hecho común en los últimos tiempos la basura dispersa en las esquinas, los contenedores desbordados, el mal olor que ello provoca, en tanto crece la infestación de mosquitos y la insalubridad.
Pinar del Río ya no es la ciudad limpia de antaño, una meta a la que no se puede renunciar jamás, a pesar de las dificultades en la planificación de la recogida de los desechos, del insuficiente equipamiento para la tarea, de las plantillas incompletas en la entidad de Comunales y los bajos salarios, e indisciplinas que provocan que esta urbe no sea hoy a la que estamos adaptados.
Guerrillero indaga sobre el tema, a partir de las preocupaciones lógicas de miles de pinareños que añoran calles y repartos limpios, a sabiendas de que no es tarea solo de Comunales, y que la participación consciente de todos ayudará a tener una mejor ciudad, tal y como se ha planteado también en la Capital del país.
Las jornadas lluviosas tampoco favorecen el escenario, condicionado por la falta de carros compactadores, uno de los cuales, al cierre de esta edición, ya estaba operativo, luego que después de 10 días los tres de los que se disponen estuvieran rotos.
Jesús Nilo Soca Muñiz, coordinador de objetivos y programas del Gobierno Provincial, precisó al respecto que el reto mayor es conseguir una estabilidad en la recogida de los desechos, pues se crean “picos”, y en las últimas semanas la situación ha empeorado.
DE MAL EN PEOR
En función de ello se ha organizado una estrategia que cuenta con el apoyo de diversas entidades del territorio con cuyos equipos se sanea la ciudad, explicó el coordinador, quien agregó que alternativas como la recogida con carros de tracción animal son factibles en los municipios, pero no en el cabecera, donde otros negocios son más atractivos económicamente para estos trabajadores.
Yusnel Valdés Hernández, director de Comunales en la provincia, acotó que en la actualidad se cuenta con apenas tres carros compactadores con más de 14 años de explotación, de los que, por lo general, solo hay dos operativos, pues se rompen con mucha frecuencia. Estos, dijo, se someten a un régimen de trabajo de casi 24 horas.
“Recientemente, los tres estuvieron rotos, a mediados de la semana entró el primero y se esperaba la incorporación del segundo”, acotó Soca Muñiz.
Para asumir las labores de limpieza se emplean también carretas y parte de la fuerza correccional con internamiento, una alternativa que, si bien es un paliativo, no resuelve el problema ante el déficit de trabajadores de la entidad y los crecientes vertederos que pululan en diferentes localidades de la urbe vueltabajera.
“Se recoge un día, y cuando se sanea un consejo popular, al volver de nuevo a ese punto, ya la basura desborda los contenedores, sobre todo, allí donde algunos negocios privados los llenan de cajas de cartón. El resultado es que después la basura está en el piso, en las aceras.
“Cuando pasa el carro compactador se recoge lo que hay en el envase, detrás deben pasar las otras fuerzas con carretas y escobas limpiando lo que queda”, explicó.
Pero no siempre o casi nunca funciona bien. Patricia González, una pinareña que reside en las inmediaciones de la calle 20 de Mayo, entre Delicias e Isabel la Católica, sufre a diario al tener que bordear la basura que allí se acumula.
Lo mismo le pasa a Luis Enrique Pérez cuando va con su hija hasta el seminternado Hermanos Cruz y transita cada mañana por entre vertederos y contenedores desbordados; a Mónica, quien vive en el reparto Orlando Jerez; a los vecinos de la esquina de la calle Sol y la Calzada de La Coloma, y a los del “Vélez”. No hay un reparto que escape a la falta de higiene.
TRATAR SIEMPRE DE HACERLO BIEN
La calidad del trabajo con la que se haga la recogida también influye en la percepción de la limpieza de la ciudad que creen los pinareños, quienes tienen mucho que aprender aún para ayudar a mantener limpias sus calles y repartos.
El coordinador de Objetivos y Programas del Gobierno reconoció que no siempre funciona bien, que es una tarea que depende de los hombres, de la agilidad y la calidad con la que se haga la recogida, así como de las características de los propios desechos.
Al respecto, comentó Roberto Esteban Colás Valdés, director de Comunales en el municipio de Pinar del Río, que en varias ocasiones en los contenedores se vierte no solo la basura intradomiciliaria, sino escombros, palos, pedazos de cabilla, trozos de cartón, madera y hasta piedras, por lo que al voltear el envase en el carro, se rompe el piso, y es ya un compactador que se tiene fuera.
Otra cuestión importante son los hechos vandálicos que atentan contra los contenedores, a los que muchas veces les roban las ruedas y los incendian.
“No logramos tener toda la ciudad limpia a la vez. Al demorarnos cuatro o cinco días en volver a cada lugar, según el ciclo, se crea el caos. Cuando disponemos de los tres carros compactadores entonces se estabiliza la recogida, al menos de los contendores, que tampoco son suficientes”, apuntó Soca Muñiz.
Agregó que solo una mipyme ha estado interesada en producir contenedores, pero metálicos y a precios muy elevados, imposibles de asumir por el Estado.
Este tema se chequea por la dirección de la provincia. Eumelín González Sánchez, gobernador de Pinar del Río, ante la situación que genera la insuficiente recogida de desechos en la cabecera y el reclamo creciente de la población, indicó reforzar el apoyo de instituciones que cuenten con medios para ello, el de otros municipios cercanos como Viñales y otorgarle agilidad y prioridad al asunto.
Soca Muñiz agregó que se trata de mejorar y rescatar las cajas de Ampliroll. De las 38 que hay activas, la mayoría está ubicada en entidades como hospitales, por lo que no se pueden mover hacia otros sitios de grandes acumulaciones de desechos y evitar así la aparición de microvertederos. Lo más difícil, asume Soca Muñiz, es lidiar con una técnica envejecida.
RESPUESTAS NECESARIAS
En ese afán de encontrar una solución al gran problema que es hoy la recogida de la basura en Pinar del Río, se dialoga con representantes de la forma de gestión no estatal que disponen de medios y están interesados en asumir la limpieza de varias zonas de la ciudad.
La traba está en el presupuesto, afirma Soca Muñiz: “Ahora mismo, el presupuesto de la Dirección Municipal de Comunales está sobregirado, a partir de los pagos a las entidades estatales que nos prestan servicio”.
Sobre lo anterior, el Gobierno debe tomar decisiones y definir las formas en las que el territorio puede asumir estos pagos, comenta. “Habría que poner control en esto, pero es la provincia la que tiene que encontrar la vía para respaldarlo”.
Comunales está en proceso de pasar de entidad presupuestada a empresa, lo cual le permitirá cobrar determinados servicios, mejorar el salario de los trabajadores, en la actualidad muy deprimido, y establecer alianzas con el sector no estatal.
Se habla, incluso, de alcanzar una economía circular, de manera que se puedan recoger y clasificar los desechos y darle tratamiento de conjunto con Materias Primas. “Asimismo, tenemos los molinos listos para moler los escombros y añadirle cemento, los destinos están identificados”, expresó Soca Muñiz, al referirse a lo que podría ser uno de los caminos más acertados para procesar aquello que se bota.
En Pinar del Río la realidad apunta a que si bien es cierto que no se disponen de los recursos para garantizar una recogida sistemática, también hay desorganización e indisciplina, y no solo de la población.
La provincia necesita de más contenedores, pero igual de decisiones y estrategias consolidadas, no por maratones, que permitan sanear la ciudad y sus barrios, y mantenerlo como un sistema de trabajo.