Creada desde hace dos años, la Defensoría del Ministerio de Justicia de la República de Cuba tiene como misión la protección, garantía y restablecimiento del ejercicio de los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad
Que un adulto mayor duerma a la intemperie porque su familia no lo quiere, que un padre viole a su hija o una madre le quite la vida a su hijo podrían parecer casos de películas o series de television. Sin embargo, estas realidades existen en la Cuba de hoy como en cualquier otro lugar del mundo
Son estos algunos ejemplos de los que llegan a la Defensoría de Pinar del Río. Por supuesto, existen muchos más y en todos los ámbitos: civil, familiar, mercantil y del trabajo y la seguridad social.
La provincia cuenta con 39 defensores, cinco de ellos pertenecientes a los bufetes colectivos y dos consultores. La labor no es para nada fácil, pues, además de los múltiples desafíos que enfrenta, requiere de una preparación y una solidez psicológica y emocional incalculables.
RETOS, AUTONOMÍA, ACOMPAÑAMIENTO
“La Defensoría es una institución nueva que se encarga de proteger, garantizar y restablecer el ejercicio de los derechos de las personas en situación de vulnerabilidad, dígase niñas, niños, adolescentes, personas en situación de discapacidad, personas declaradas judicialmente ausentes, mujeres víctimas de violencia o discriminación…”
Así lo explica la joven Daimelis Romero Guerra, especialista del departamento de Defensoría en la Dirección Provincial de Justicia, quien confiesa que al principio le afectaba mucho cada caso que atendía, pues es muy difícil no sensibilizarse ante situaciones tan complejas.
“Desde la creación de la Defensoría hicimos un trabajo de divulgación y comunicación. Muchas personas se presentaron en la institución, sobre todo, también a partir de que saliera al aire el programa Hacemos Cuba, en el que se trató el tema. Fue una explosión, en un mes tuvimos entre 40 y 48 casos, pero nosotros tenemos que saber qué es competencia.
“Uno de los elementos principales está en que la población necesita elevar su cultura jurídica y conocer más lo que es la Defensoría, porque hay personas que vienen aquí y dicen que están en situación de vulnerabilidad simplemente porque la balita del gas no les ha llegado, esos no son los tipos de casos que atendemos”, explica Yessenia Camejo Martínez, jefa del Departamento.
Son los adultos mayores los casos que más llegan a la Defensoría, no solo como un reflejo del envejecimiento poblacional, sino como consecuencia de muchos más factores.
“Hay momentos en que nos preguntamos cómo logramos lidiar con tanto. Hay que tener la mente muy abierta, tener empatía. Lo otro es el acompañamiento. No podemos trabajar solos, necesitamos ayuda”, apunta Camejo Martínez.
Y con ello no solo se refiere a la remuneración de los defensores que los estimule a ser más ágiles y llegarle a todas las personas que lo necesiten, sino al acompañamiento de las diferentes entidades y organizaciones de masas.
“Pienso que uno de los mayores desafíos que tenemos es que la Defensoría, para poder ejercer, necesita articulación con diferentes instituciones. Me refiero al hecho de que puedas llamar a cualquier instancia para resolver un problema y que se haga sentir.
“Nosotros no decidimos, no temenos autonomía, dependemos de un conjunto de especialistas o de organismos para poder llegar a un acuerdo o a un feliz término. Somos mediadores, por ejemplo, en una una violación a un menor o en caso de violencia intrafamiliar, no podemos hacer nada más que indagar y acudir a las autoridades pertinentes, dígase la Policía, la Fiscalía, Seguridad Social. O sea, falta inmediatez, y hay ocasiones en que es demasiado tarde”, resalta Camejo Martínez.
Daisy Izquiero Capote es una de las defensoras con que cuenta el departamento y, además, es la presidenta de la Aclifim en el municipio, y desde su punto de vista, lo principal que debe existir son comisiones de trabajo efectivas.
“Creo que la herramienta fundamental es la divulgación, y no solo a través de los medios de comunicación, sino desde la propia institución. Lo otro es que necesitamos apoyo, y eso se logra, simplemente, con comisiones de trabajo en las que participen cada una de las instituciones competentes, para que la población sepa a donde dirigirse y lo que debe hacer.
“A veces llegas al Gobierno o a un centro de trabajo y solamente vas a hacer una mediación, porque las determinaciones le corresponden al Tribunal, por citar un ejemplo, y la Defensoría necesita ser más que eso, requiere de un apoyo conjunto para ganar en inmediatez”, refiere Izquierdo Capote.
Destaca Camejo Martínez que lo más importante que tiene la Defensoría en Pinar del Río es que la mayoría de sus integrantes son jóvenes y con ganas de trabajar. “Muchos de los casos han sido resueltos, y usamos todas las vías posibles.
“A veces uno se siente frustrado por no poder ayudar a las personas. Por eso insistimos en que las instituciones tienen que saber que la Defensoría existe. Nuestro trabajo es complicado, porque lleva mucha investigación, tiempo, por eso requerimos que el resto de las instancias estén abiertas a nosotros”, enfatiza.
Daimelis y Yessenia rememoran varios de los casos que han atendido y hablan de la coraza que deben usar para no sufrir cuando saben que una madre maltrata físicamente a sus cuatro hijos; cuentan la impotencia que sienten cuando no se comprende que entre una pareja del mismo sexo también puede existir violencia; recuerdan con angustia los adultos mayores que se han visto despojado de sus viviendas y no han visto resuelto su caso porque han fallecido…
¿Cuán importante es la Defensoría para el ciudadano cubano?
“Es una vía más para defender sus derechos, esa es la principal importancia, además de que abarca a todas las personas en situación de vulnerabilidad. Nuestro servicio es gratuito, precisamente, por eso, para que sea asequible a quienes no tienen otra posibilidad, porque un abogado cuesta”, remarca Camejo Martínez.
“Pienso que es una institución bastante completa. Desde que se creó hemos tenido muy buenos resultados y hemos asistido a varios entrenamientos en todas las materias civiles y hasta administrativas. Incluso, contamos con asesoría de psicólogos, lo que es fundamental para poder ejercer de manera adecuada”, expresa Romero Guerra.
En 2024, la Defensoría pinareña atendió un total de 120 casos; en lo que va de 2025 contabilizan 47, en los que se incluyen, además, quienes van en busca de asesoría, orientación o, simplemente, un espacio en el que puedan ser escuchados.
Muchos pueden ser los beneficios de la Defensoría si se construye de manera colectiva, y en ello va la inmediatez, la gestión efectiva, pero también la empatía, la sensibilidad y los mejores valores humanos para proteger los derechos de quienes más lo necesitan.