El cuidado y la atención de los infantes en sitios especializados para ello, en las condiciones actuales que presenta nuestro país, es cada día una necesidad más imperante para las madres trabajadoras.
La incorporación de los pequeños a nuevos entornos, no solo estimula su desarrollo temprano, sino que también permite a las féminas reincorporarse a la vida laboral activa. Esto último no solo ayuda a mejorar las condiciones económicas al interior del hogar, sino también que a mayor escala impulsa también los indicadores del país.
En este sentido, debido a la insuficiente oferta de plazas asociadas a los círculos infantiles, nacieron entonces casitas infantiles en distintas instituciones, una idea muy bien recibida por padres y trabajadores de los distintos sectores.
Si bien hoy esta nueva modalidad no suple aun la demanda creciente, la alternativa ha demostrado ser muy efectiva y valorada por quienes se benefician y quienes esperan.
Una des estas “pequeñas” casitas en cuanto a espacio y matrícula, pero inmensa de corazón y atenciones, es la perteneciente a las Empresa Agroindustrial de Granos (EAIG) del municipio de Los Palacios.
Allí, sus cuidadoras se esmeran por hacer que cada niño sea feliz, y no eche en falta las atenciones y mimos de sus respectivos hogares.
PUERTAS ADENTRO
Lo primero que salta a la vista tras cruzar el umbral de una puerta cerrada con una seguridad impecable y custodiada siempre, es la limpieza, la conservación y la presencia de todos y cada uno de los elementos que componen su estructura.
La pulcritud del piso, las paredes impecablemente pintadas y la calidad de las mesas, las sillas, y hasta los juguetes para el divertimento de los más pequeños, son envidiables.
Allí, Violeta Pozo Milián, responsable de alrededor de 14 niños, expresa que para ella no hay alegría más grande que la de poder ayudar a formar y moldear el carácter y la personalidad de quienes en un futuro serán el alma y vida de nuestra sociedad.
“Nosotros comenzamos a recibir a los pequeños poco antes de las ocho de la mañana. Los padres los traen y ya ellos conocen las rutinas del día. Ahora estamos en proceso de adaptación del último de los varoncitos que recibimos. Tenemos cinco niñas y nueve varones, y cada uno de ellos es especial. Nunca te cansas de hablarles pues ellos siempre tienen algo que mostrarte”.
Para Violeta, trabajar con tantos pequeños no es tarea difícil, cuenta que fue educadora toda una vida, y que al jubilarse, pues le solicitaron que ocupara la función que hoy posee.
Según comentó, junto a ella se encuentran trabajando otras compañeras que llevan a su cargo distintas responsabilidades como pantristas, cocineras, educadoras y auxiliares, todas con una basta experiencia en cada una de sus áreas respectivamente.
“Esta casita se diseñó y se utiliza para los hijos de los trabajadores de esta empresa, sin embargo, también se les han dado facilidades a algunos vecinos y otros que lo solicitan debido a situaciones puntuales. Nosotros tratamos de cubrir esas necesidades en la medida de lo posible, pues entendemos que hoy día lograr obtener una plaza en un círculo infantil es bien complicado”, argumentó.
ALIMENTACIÓN… CUIDADOS Y ESPARCIMIENTO
En el caso de la alimentación, Pozo Milián refirió que los padres abonan una suma de dinero para potenciar y reforzar la alimentación de sus hijos, sin embargo, para que no existan diferencias, los alimentos que se compra, se adquieren o se donan, se reparten de forma equitativa entre todos.
“Las entidades del municipio nos apoyan también cada cierto tiempo, también la EAIG nos da arroz, cárnicos y otros. Además, el gobierno y el partido también se interesan por estos suministros, pues es la base del crecimiento mental y corporal de nuestros niños”.
Esta casita, según se conoció, y aunque para sorpresa de muchos no lo parezca, ya tiene cerca de dos años de creada, sin embargo, el amor que guarda en cada rincón hace que reluzca como recién inaugurada.
Tal es el cuidado que se tiene, que todas las instalaciones eléctricas, sanitarias, así como los equipos electrodomésticos están en perfecto estado.
Otra de las ventajas, por si lo anterior fuera poco, es que, gracias también a la propia EAIG, los pequeños no sufren de cortes electro energéticos que interrumpan sus actividades. Un generador al fondo de la propia casita, conmuta de forma inmediata en caso de apagones.
“Mira, en todo este tiempo, esta casita jamás ha cerrado por nada. Aquí el más mínimo problema que pudiese perjudicar a los niños, o que se presente de forma general, se resuelve de forma rápida. De eso no tenemos ninguna queja y es algo que los padres agradecen sobremanera, y de lo que nosotras también nos sentimos muy orgullosas”.
A la pregunta sobre el manejo de tantos niños con diferentes necesidades, Violeta sonrió, pues tanto para ella como para las demás mujeres que allí laboran, más que un trabajo, es una alegría que los pequeños vean en ellas a otra figura paterna.
“Hemos tenido niños con problemas de discapacidades, y no lo niego, hemos tenido que trabajar muy duro para que se relacione y demuestre sus habilidades. Sin embargo, no hay recompensa mayor que cuando ese mismo niño ya entra pos sí solo, corre hacia ti y juega con los demás. No hay sentimiento en el mundo que gratifique más que eso”.
“Gracias a la revolución y al apoyo de muchas personas, empresas y factores de la comunidad, las casitas infantiles hoy son un pilar fundamental de nuestra sociedad, demostrando que cuando se quiere se puede”.
“Estas no son solo casitas, son el segundo hogar de muchos niños y madres que lo necesitan. Estas no son solo casitas, son la expresión misma de la felicidad”.