Con la confirmación de encontrarse en el camino correcto, regresó la poetisa pinareña Ismaray Pozo Quiñones del Festival Internacional de Poesía de Medellín, Colombia.
“La poesía está en todas partes. Es uno el que tiene que hacerla, agarrarla, poder verla; ratificar eso en Medellín fue importante para mí”, aseveró la creadora.
“Siento que estoy en el camino, es un camino lento, que lleva, como todos los caminos, oficio, trabajo, disciplina, pero me siento muy satisfecha de haber vivido esa experiencia”, agregó.
La joven escritora, una voz reveladora y firme en el panorama literario cubano, coincidió en tierras colombianas con más de 60 poetas de unos 35 países.
“Fue un espacio de intercambio muy fructífero. Conocí poéticas muy interesantes de África, de América Latina, también propiamente de allí de Colombia, y de sitios tan distantes como Noruega o como Holanda”, contó a la prensa.
No obstante, aseguró que constatar la conexión especial del público con los versos constituyó la experiencia más impresionante. “Este es uno de los festivales más importantes del mundo, si no el más importante por su nivel de convocatoria.
“Los espacios son multitudinarios. La gente vive la poesía de otra manera. Para mí es algo inédito, que las personas paralicen su vida y los espacios de presentación se llenen. Eso nunca lo había vivido antes, que la gente conecte con lo que está diciendo es muy importante para un creador, y eso se vive en Medellín”.
Su invitación al prestigioso festival fue resultado del premio nacional que cada año entrega la revista La gaceta de Cuba, un referente del pensamiento cultural y la producción literaria en el país, según trascendió en la ceremonia de premiación el pasado abril.
De Las actas de la guerra, la obra premiada, resaltó el jurado “la intensidad delicada y reveladora de un discurso sobre el fracaso”. En tanto, la propia autora, explicó que se trata de un conjunto de poemas que también puede considerarse un poema único o un poema estructurado en varias partes.
“Tiene cinco textos y abordan temáticas que a mí me interesan mucho como ser humano, como son las relaciones, el fracaso, el abandono, los vínculos; a veces los vínculos tamizados por hilos invisibles de violencia”, precisó.
Ismaray Pozo es natural de Puerta de Golpe, Consolación del Sur, tierra natal que comparte con otros relevantes referentes poéticos como Heberto Padilla, Nelson Simón o Rodolfo Duarte. Considera que la tranquilidad de su pueblo le regala un ambiente más favorable para la creación, aunque reconoce igualmente que un poeta siempre busca su destino, sin importar el lugar donde esté.
Es licenciada en Historia del Arte por la Universidad de La Habana y egresada del prestigioso centro de formación literaria Onelio Jorge Cardoso. También ha sido ganadora del premio Luis Rogelio Nogueras y merecedora de una mención en el concurso Calendario. Ha publicado los títulos Regresiones, Abisales y La recitante; mientras que textos suyos, además, pueden leerse en antologías y revistas. “Creo que la poesía me eligió de alguna manera, y pienso no abandonar eso”, confesó.
(Con la colaboración de Ángel Felipe Machín Vento)