En casa, con la familia, marchando la Patria en el corazón, celebrarán hoy los cubanos el Día Internacional de los Trabajadores, un Primero de Mayo excepcional, como ningún otro que recuerden, probablemente único.
Inéditos son estos tiempos, terrible la pandemia que azota al planeta, y el distanciamiento social indispensable para ganarle la pelea al SARS-CoV-2, torna imposibles los multitudinarios desfiles que año tras año, justo en esta fecha, estremecen de amor, alegría y esperanza a Cuba entera.
Testimonio gráfico habrá que dejar para la posteridad de esas plazas, siempre repletas, bulliciosas, y ahora desiertas, en especial la de La Habana y de Cuba, la de Martí y de Fidel, donde justo hace 20 años, el Comandante en Jefe expuso en apenas 140 palabras la suma de lo que es Revolución.
Pero, si la conciencia, el sentido del momento histórico, del deber y la responsabilidad individual y colectiva, llaman a reforzar el aislamiento social, a quedarse en casa como antídoto frente a la COVID-19, entonces bien está que este Primero de Mayo cada hogar sea una plaza y trinchera de combate en defensa de la vida.
Por Cuba: Unidos venceremos, es la divisa para la conmemoración, y juntos, en un solo clamor, cantarán los cubanos el Himno Nacional esta mañana, a las ocho, hermanados en el sentimiento y la confianza en la victoria, para comenzar así una jornada que, por lo singular, difícilmente podrá ser olvidada.
A este canto de todos invitó a principios de semana, desde su cuenta oficial en Twitter, el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, como también al aplauso que merecen quienes en sus puestos, en sus casas o en el mundo, trabajan sin descanso para derrotar la pandemia.
En otro mensaje desde esa red social, el mandatario aludió al ingenio y creatividad de los cubanos, expresados esta vez en un sinfín de iniciativas para, desde el aislamiento social, construir casa a casa el desfile popular y celebrar que “los trabajadores levantan y sostienen la Patria a pesar de bloqueos, guerras y amenazas”.
La bandera de la estrella solitaria engalana este viernes lugares públicos y fachadas de viviendas, y puertas adentro la iniciativa ha echado a volar desde hace días, y durante la jornada veremos en las redes sociales y otras plataformas fotos, mensajes, videos que dan fe de las muchas maneras ideadas por la familia cubana para festejar, en plena batalla, el Día Internacional de los Trabajadores.
Y, mientras para la mayoría la casa será su plaza, otros habrá que permanecerán trabajando, produciendo, aportando a la economía, luchando a brazo partido contra la enfermedad y la muerte, haciendo Cuba desde las instituciones de salud, la tierra, las plantaciones, el complejo fabril, la mini-industria, el transporte, el comercio, las unidades militares y tantos otros frentes.
Para unos y otros sobran razones para luchar y vencer y mucho hay que celebrar y defender, ante todo una Revolución para la cual cada ser humano cuenta, que aun en las condiciones más adversas garantiza y protege los derechos de todos y que a nadie abandona a su suerte. Lo vivido en estas semanas es una prueba irrefutable.